Por lenguaje inclusivo entendemos una serie de estrategias lingüísticas con el fin de evitar prejuicios y estereotipos sexistas y la invisibilización de personas de un determinado sexo o género. Se trata de una tendencia social presente en numerosos idiomas que comprende un gran abanico de estrategias y mecanismos lingüísticos.
¿Qué estrategias de lenguaje inclusivo emplea el castellano?
- Evitar el uso del masculino genérico, si bien es cierto que la Real Academia Española se decanta por el masculino genérico para referirse a un grupo mixto de varones y mujeres.
- La aceptación de voces femeninas de sustantivos como «académica», «presidenta», «jueza» etc.
- El uso de sustantivos invariables en género («auxiliar de vuelo» en lugar de «azafato» o «azafata»).
- Estrategias gramaticales neutras, como el uso de la palabra «personas» («personas migrantes», «personas refugiadas»; «desempleo juvenil» por «desempleo de los jóvenes»; «el alumnado» por «los alumnos»…)
- Otras estrategias, como la sustitución de la marca gramatical de género (tradicionalmente -o, -a en español) por caracteres como la arroba, la x o la e. No obstante, este uso no es generalizado y es a menudo objeto de controversia, además de suponer problemas de lectura en ciertos colectivos.
¿Qué propuestas de estilo se incluyen para lograr un lenguaje inclusivo?
- Eliminar el uso peyorativo de palabras relacionadas con la identidad sexual.
- Evitar referencias a la cosificación de personas.
- Evitar el uso peyorativo de palabras relacionadas con la identidad de género, orientación sexual o con el cuerpo.
- Evitar el uso de «señorita».
- En ciertos contextos, sustituir expresiones que supongan la heterosexualidad por formas neutras: «pareja/cónyuge» por «marido», «esposo» o «esposa».
- Evitar el uso de la palabra «hombre» o como sinónimo de «persona» o «humanidad».
- Sustituir los pronombres y artículos masculinos seguidos de un pronombre relativo por el pronombre «quien» o «cualquiera»: «quien/cualquiera que violara la ley» por «el que violara la ley». La misma estrategia de cambio de sujeto puede aplicarse con el uso de los pronombres de segunda persona (tú, usted, vosotros, ustedes, vos).
- El desdoblamiento: agregar la forma masculina junto a la femenina: «señoras y señores», «señores/as». No obstante, se trata de un recurso del que no se debe abusar.
¿Existen pronombres y sustantivos de género neutro?
En el caso del castellano, se han propuesto adaptaciones de pronombres que incluyen una equis o asterisco. Actualmente, el más empleado es el pronombre elle/elles, el cual o está incorporado oficialmente como término neutro. En otras lenguas como el inglés, el uso del pronombre they/them está bastante extendido y en el sueco, desde 2015 el pronombre hen está aceptado por la Academia Sueca. Respecto a los morfemas de género en los sustantivos, algunos hablantes de alemán emplean el asterisco de género, los dos puntos o las mayúsculas: «LehrerInnen, Lehrer*innen, Lehrer:innen» y el francés del punto: «Président, Président.e.s»
El debate sobre la inclusión de pronombres neutros no escapa al resto de lenguas romances, familia lingüística que se caracteriza por una rica flexión de género: sectores sociales francófonos proponen los pronombres iel y on, aunque con rechazo por parte de la Academia Franesa y la Oficina Quebequesa de la Lengua Francesa. El portugués propone los pronombres el, elu o ilu y el catalán elli.
¿Qué postura debe mantenerse en la traducción?
Independientemente de nuestra opinión, nos debemos a las directrices e indicaciones del encargo pese a las recomendaciones de la RAE sobre los desdoblamientos o el uso del masculino general. Desde nuestra posición, no valoramos si nos parecen mal formas como «todos y todas», «todxs» etc, sino que aceptamos que la lengua es un ente vivo, cuyas tendencias, al igual que pueden aparecer, pueden consolidarse entre los hablantes o desaparecer.